viernes, 9 de enero de 2009

4) Larraona. Clima, Flora y Fauna.


Larraona. Pieza de Catustarralde. La primavera del valle
exhibe una flora colorida y exuberante.
(Foto de Jesús Díaz).


Larraona. Límite de Améscoa con el valle de Arana.
Montes de Morube y Esquivela.
Anochecer estival.
(Foto de Jesús Díaz).


Larraona. Caballos amescoanos pastando en libertad
en la sierra de Limitaciones vestida de otoño.
(Foto de Jesús Díaz).
Larraona. Aldaya y Peñera en eclosión sinfónica de colores otoñales.
(Foto de Jesús Díaz).

.
Larraona. Aldaya y Peñera luciendo traje de novia. Ateridas de frío en invierno atenúan las temperaturas gélidas con las caricias del sol y el cielo azul.
(Foto de Jesús Díaz). 19-12-2009.

Larraona. Vista de la población desde el este.
Los crudos inviernos visten de blanco la población.
Al fondo el monte de Morube, vigía y protector de la población.
(Foto de Jesús Díaz).


.
CLIMA.
.
El clima
[1] de Améscoa, y de Larraona en particular, es continental con cierta influencia atlántica y leve mediterránea. El invierno suele ser con frecuencia prolongado, frío y húmedo, con nevadas a veces intensas. La primavera es lluviosa. El verano suele presentar un clima agradable, sin excesos de calor y sin que el bochorno, aire cálido del sur, agobie en demasía, refrescando las tardes el cierzo que sopla del norte. Los otoños son plácidos aunque pronto anuncian las lluvias y brumas del invierno.

FLORA.

Los dos árboles más característicos de las Améscoas, y en concreto de Larraona, son el haya, árbol frondoso, de tronco y ramas lisas, que crece arrogante en las alturas (Lóquiz , Urbasa) y el roble (“aritz” en euskera) que, con su tronco y ramaje áspero y nudoso, se adapta mejor en zonas de menor altitud. Ambos árboles han constituido y constituyen una importante fuente de riqueza forestal, siendo tradicionalmente la madera del roble muy apreciada por su dureza y la del haya por su facilidad de trabajo. Desde tiempos inmemoriales se han usado sus frutos como pasto para los animales.

Otros árboles que también crecen en la población y el valle son el chopo, en las riberas del río y de otros arroyos, el fresno que brota de forma espontánea en lugares frescos y el arce (“azkarro” para los amescoanos). No hay prácticamente encinos, más frecuentes en Améscoa Baja, ni tampoco el “ametz”, árbol de cierto sabor mediterráneo que dio nombre al valle y que abundó en tiempos pasados en la zona oriental del mismo.

El árbol frutal que predomina es el manzano, aunque también abundan el ciruelo, el peral y el nogal.

En cuanto a arbustos abundan el avellano, cuyo fruto ha sido recolectado con fruición en otros tiempos, la zarza y su fruto la mora, la “ollaga” usada en tiempos pasados para fabricar escobas y quemar el cerdo durante la matanza, el enebro (“giniebro”), el espino y el arañón, tan codiciado para fabricar pacharán con anís.

FAUNA.

Entre los animales domésticos, en franco declive, destacan la vaca roya de raza pirenaica, ya bastante degenerada, la yegua (originalmente de raza “poney” que vivía en estado semisalvaje en Urbasa) cuya fuerza se utilizaba para moler la parva durante la trilla, la oveja lacha, las gallinas, los conejos y los cerdos, estos últimos criados ya casi exclusivamente en granjas, habiendo casi desaparecido la costumbre ancestral de alimentarlos en los montes comunes de las sierras de Lóquiz y Urbasa. Con la incorporación de maquinaria en la agricultura, (tractores, trilladoras, cosechadoras, etc.) las yuntas de bueyes hace décadas que desaparecieron de la faz del valle. Son frecuentes todavía los perros y gatos.

En lo que respecta a animales salvajes existen lobos que tanto daño causaron a los ganaderos de épocas pasadas, zorros, jabalíes, tasugos (tejones), ardillas, liebres, gatos monteses, y lirones ( “mitxarros”) tan apreciados en tiempos pasados, jinetas (“argallo”), aves diversas como buitres, quebrantahuesos, cuervos, lechuzas y mochuelos (“bubarro”), gorriones (tan abundantes hoy en día), vencejos, jilgueros (“cardelinas”), picatroncos, “mirichas”, papirroyos, etc.

Otros animales que pueden hallarse en Larraona son reptiles como culebras y víboras, batracios como ranas y sapos, insectos como abejas (cuya miel es muy apreciada), avispas, saltamontes, moscas y mosquitos, etc.

Por la escasez de agua en el río Uyarra, hace años que desapareció la fauna fluvial, truchas, cangrejos, etc.
.
PEQUEÑO CATALOGO DE IMAGENES.
.
Larraona. Oveja lacha y cordero mamando. Avelino y Benito Ulibarri, padre e hijo, mantienen con esmero y profesionalidad el único rebaño de ovejas de la población. Aún recordamos con nostalgia el sabroso y suculento queso que hacían a la manera tradicional amescoana. Otros pastores amescoanos mantienen la elaboración de queso en el Valle habiendo obtenido alguno de ellos premios nacionales e internacionales.
(Foto de Jesús Díaz.
.
Larraona. Buitre saludando al sol visto desde la peñera de la Sierra de Limitaciones.
(Foto de Jesús Díaz).
.

Larraona. Buitre planeando sobre los campos de la población visto desde la peñera de la sierra de Limitaciones.
(Foto de Jesús Díaz).
.
Estas aves de considerable envergadura se alimentaban años atrás, de forma natural, con la carroña y los animales muertos procedentes de las ganaderías de Larraona que se depositaban en el paraje de San Jorge, en un espacio bien delimitado por parte del ayuntamiento; sin embargo en la actualidad el control del Gobierno de Navarra, por trasposición a España de la legislación de la Unión Europea, impide esa posibilidad y los buitres se alimentan parcialmente en ocho muladares controlados por el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno, distribuidos por el territorio de la Comunidad Foral, uno de ellos situado en San Martín de Améscoa. Los buitres comen los cadáveres de la fauna salvaje, evitando la contaminación del entorno y la propagación de enfermedades. Complementan su nutrición gracias a la carne que periódicamente la administración deposita en los muladares establecidos por los respectivos gobiernos autónomos. No obstante los ganaderos, especialmente los pastores de ovejas, se quejan con razón de que ese sistema es insuficiente ya que pierden con frecuencia crías pequeñas o recién paridas en los campos y montes de la localidad, por la rapacidad de la comunidad de buitres, sin que el Gobierno Foral haya adoptado hasta el momento, dicen, medidas que solucionen ese problema. Es necesario encontrar el punto de equilibrio entre el interés de la especie de los buitres, para evitar su extinción, y el interés absolutamente legítimo y digno de protección de los pastores que sufren los daños y mermas de sus ganaderías.
.
Larraona. Flor y dos insectos libando su néctar.
(Foto de Jesús Díaz.

Larraona. Flor lila de mil ojos cual Argos de la mitología griega.
Muestra orgullosa su cuerpo estilizado y esbelto en leve contoneo aéreo.
(Foto de Jesús Díaz.
.
Larraona. Floración del manzano. Brotan por doquier, de las ramas del manzano, hermosas flores blancas tenuemente teñidas de suave violeta.
(Foto de Jesús Díaz.
.
Larraona. Manzano en flor. Del grueso tronco salpicado de líquenes amarillos en convivencia simbiótica con él, surgen bellísimas flores blancas que reposan en verde lecho.
(Foto de Jesús Díaz.
.

Larraona. "Pensamientos" en casa de Tere. Esta hermosa flor de variados colores combinados alegra las casas de la localidad desde el otoño hasta la primavera. El espléndido cromatismo, la intensidad de los colores, su resistencia a los rigores invernales, hacen de esta flor una de las más deseadas y socorridas en las casas amescoanas.
(Foto de Jesús Díaz).
.
Larraona. "Pensamientos" en casa de María Cruz. Obsérvese con qué curiosidad, las flores expectantes, miran a la calle ansiosas por captar cualquier movimiento que se produzca. Inclinan sus cabezas coloridas con suavidad y delicadeza y todas al unísono, de forma simultánea.
(Foto de Jesús Díaz).

Larraona. "Ollagas". El término correcto es, quizás, aliagas; se trata de una planta espinosa, silvestre, de pequeñas flores amarillas muy usada en Améscoa para "chiscorrar" el cerdo en la matanza. Una vez muerto el animal se quemaban su piel y sus cerdas con estas plantas secas, pues arden con intensidad y rapidez y se proseguía con el ritual de la matanza, pelado con cuberteras de cazuelas, etc).
(Foto de Jesús Díaz).
.
Larraona. Planta silvestre y flor. La exuberante planta verde que apreciamos en la imagen culmina en un cúmulo de florecillas blancas de fuerte atractivo visual, especialmente por el contraste cromático.
(Foto de Jesús Díaz).
.
Larraona. Florecillas. Alimentadas por el rico humus y el tapiz de musgo y yerba del suelo, se alzan modestas las flores que vemos en la foto. Brotan de forma espontánea y acompañan en su breve existencia a otras florecillas como por ejemplo el "diente de león" que observamos en primer término de la imagen. La flor "diente de león" de largos pétalos amarillos se utiliza en infusión como remedio natural diurético que permite disminuir la retención de líquidos en el organismo.
(Foto de Jesús Díaz).

Larraona. Tulipanes y pensamientos en el jardín de Felisa. Apréciese la colorida y profusa fronda floral que adorna el huerto-jardín que Felisa cultiva en Larraona.
(Foto de Jesús Díaz).
.
Larraona. Tulipanes y pensamientos del huerto de Felisa.
(Foto de Jesús Díaz).

.
[1]
LAPUENTE MARTINEZ, Luciano, Las Améscoas. (Estudio histórico-etnográfico), 1990, pp. 30 a 33. En estos apartados de Clima, Flora y Fauna recojo básicamente lo expuesto por don Luciano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.