viernes, 9 de enero de 2009

25) Larraona. Arte. Iglesia San Cristóbal.Retablos y otras obras de arte.


Larraona. Iglesia parroquial de San Cristóbal.
Retablo mayor de San Cristóbal. Vista general.
(Foto de Jesús Díaz).

LARRAONA, IGLESIA DE SAN CRISTOBAL, RETABLOS Y OTRAS OBRAS DE ARTE EN SU INTERIOR (1).
.
Dos monografías sobre la iglesia de Larraona, que incluyen un estudio más profundo que el desarrollado en este blog, pueden verse en :
- DÍAZ GÓMEZ, Jesús María, Arte en el Valle de Améscoa (Navarra). Tomo 2. Larraona. Iglesia de San Cristóbal, Editorial Círculo Rojo, Sevilla, 2012.
- DÍAZ GÓMEZ, Jesús María, "La iglesia parroquial de Larraona", en Conociendo el pasado amescoano (II), editorial Lamiñarra, Pamplona, 2010, pp. 175-262.
.El interior del templo, amplio y diáfano alberga diferentes obras de arte.

A la entrada de la iglesia por el lado del evangelio, esto es por la portada norte, hay una espléndida pila de agua bendita del siglo XVII compuesta por columna jónica de fuste bulboso acanalado y agallonado que soporta una taza también de gallones.

Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Pila de agua bendita junto a la portada norte.
(Foto de Jesús Díaz).
En la capilla de San José hay dos retablos de tamaño mediano y de estilo neoclásico. El situado en el muro este recoge la advocación de la capilla, San José, y el situado en el muro norte está dedicado a la Virgen del Rosario.

El retablo de San José se compone de un solo cuerpo con hornacina central de medio punto flanqueada por columnas pareadas de fuste liso y dorado y capitel compuesto. Estas columnas soportan un entablamento de tacos sobre el que se halla el ático en forma de templete de frontón triangular con hornacina central de medio punto. Flanquean a este ático dos pebeteros dorados. Sobre el frontón hay dos floreros a modo de acróteras. En la hornacina principal hay una talla moderna de san José con el Niño, ambos erguidos. En la hornacina de coronamiento vemos una talla barroca de un santo obispo sin atributo específico que lo identifique. Destaca el contraste de los dorados y los paneles de madera pintados de color verde y blanco imitando mármoles y jaspes como era del gusto neoclásico ante la escasez de recursos para utilizar materiales nobles.

Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Capilla de San José.

Retablo de San José.
(Foto de Jesús Díaz).


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Capilla de San José. Retablo de San José.
Imagen barroca de Santo Obispo.
(Foto de Jesús Díaz).

El retablo de la Virgen del Rosario es de cronología algo anterior pues muestra, dentro de su estructura neoclásica, placas decorativas de elegante rocalla dorada, de estilo rococó. Tiene un esquema compositivo similar al de san José, salvo que en el cuerpo principal la hornacina que alberga a la Virgen está flanqueada por columnas simples y el ático tiene forma de templete con frontón curvo que se une al cuerpo mediante volutas, siendo su hornacina adintelada. En la hornacina principal vemos una talla moderna de la Virgen del Rosario y en la superior una talla barroca tardía de santa Bárbara (2), identificada por la torre que la acompaña como atributo. Esta torre simula estar construida con muros de sillar almohadillado y dispone de puerta de medio punto dovelada y tres ventanas sobre ella en disposición triangular, representación de la Trinidad, según se detalla en la “Leyenda dorada” de Jacobo de la Vorágine, arzobispo dominico genovés del siglo XIII, cuya obra citada tuvo gran influencia en la iconografía artística religiosa posterior. La santa se muestra erguida en posición frontal, con pelo largo y ondulado, y viste túnica verde-azulada, ceñida por cíngulo dorado y manto rojo y dorado con algunos pliegues. Apoya su mano izquierda sobre la torre, su atributo característico, y en su mano derecha, hoy mutilada, probablemente portaba la plama del martirio, hoy desaparecida. Se celebra su festividad el 4 de diciembre.


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Capilla de San José
Retablo de la Virgen del Rosario.
(Foto de Jesús Díaz).


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Capilla de San José. Retablo de la Virgen del Rosario.
Imagen barroca de Santa Bárbara.
(Foto de Jesús Díaz).

A la cabecera pentagonal y ojival se adapta el retablo mayor rococó de la segunda mitad del siglo XVIII. Está dedicado a San Cristóbal titular de la iglesia y patrono de Larraona. Se compone de banco con placas de rocalla, cuerpo de un solo piso de tres calles, y ático ojival ajustado al ábside agallonado. Desde el banco arrancan los pedestales primásticos de las columnas del cuerpo, pareadas las que limitan la calle central, y simples las exteriores. Estas columnas de gusto clasicista, fuste estriado y capitel compuesto soportan un potente y movido entablamento recto que se rompe en forma de medio punto en la hornacina central invadiendo el ático. Toda la mazonería del retablo se decora con abundante y exquisita ornamentación de rocalla dorada de estilo rococó, especialmente en los perfiles y repisas de las diferentes hornacinas.

Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Retablo Mayor de San Cristóbal. Vista general.
(Foto de Jesús Díaz).
La hornacina central, con abundante decoración de rocalla, alberga la imagen erguida de San Cristóbal con el Niño Jesús (3) sobre su hombro izquierdo en el momento en que ayudado por un gran cayado vadea el río mostrando sus musculosas piernas desnudas, siguiendo la narración de Jacobo de la Vorágine en la “Leyenda dorada”. En dicha obra del siglo XIII el autor describe cómo Cristóbal era un gigante que tras convertirse al cristianismo ayudaba a los peregrinos a vadear un río de procelosas aguas transportándolos sobre sus hombros ayudado por un tronco de palmera como cayado. Quedó sorprendido cuando un niño pequeño que llevaba sobre el hombro pesaba de tal manera que hundía peligrosamente sus fornidas piernas en el fango del río pareciendo llevar sobre sus hombros el peso del mundo. El Niño, así se lo confirmó, diciéndole que era el Salvador del Mundo y como prueba de ello el santo comprobaría al día siguiente cómo su cayado florecería, circunstancia milagrosa que así ocurrió. Hay que recordar también que la imagen pictórica o esculpida de San Cristóbal, generalmente de tamaño gigante, se representaba en lugares muy visibles (iglesias, puertas de ciudades, murallas, etc.) ya que protegía contra la muerte repentina a quien lo mirara ese día. De ahí su patronazgo de los conductores expuestos a una muerte súbita. Su festividad es el 25 de julio.

Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Retablo mayor de San Cristóbal.

Hornacina central con la talla de San Cristóbal
y el Niño Jesús.
(Foto de Jesús Díaz).
El cuerpo principal del retablo se completa con dos hornacinas de profusa decoración rococó y bustos alados de angelotes en la clave del arco, en las jambas y en la repisa. Estas dos hornacinas situadas en las calles laterales flanquean a la hornacina central de San Cristóbal, representándose a San Pedro, a la izquierda, portando sus atributos característicos de libro y llaves, y a San Pablo, a la derecha, con sus atributos de libro y espada, arma con la que fue decapitado. Ambos santos se representan en posición frontal, hieráticos, erguidos, barbados, y vestidos con túnica verde ceñida en la cintura y manto rojo y dorado de amplios y voluminosos pliegues. San Pedro como es habitual en su iconografía muestra una calvicie avanzada a diferencia de San Pablo que se ha representado con melena de amplios bucles.


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Retablo mayor de San Cristóbal.
Hornacina con la talla de San Pedro apóstol.
(Foto de Jesús Díaz).


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Retablo mayor de San Cristóbal.
Hornacina con la talla de San Pablo.
(Foto de Jesús Díaz).

El ático cobija en la hornacina central trilobulada y con exuberante decoración rococó, el grupo del Calvario, con Cristo crucificado acompañado por la Virgen y San Juan. Cristo se representa crucificado con tres clavos, con amplias melenas ceñidas por la corona de espinas, barbado como Cristo siríaco, inclinando la cabeza doliente hacia su hombro derecho, con anatomía marcada e hilillos de sangre deslizándose por su cuerpo. Muestra un paño de pureza corto atado con amplios pliegues en un lateral.


La Virgen María se representa a la derecha de Cristo como es habitual en la iconografía de la Crucifixión, de pie, vestida con túnica roja ceñida con cíngulo dorado, manto azul de abundantes pliegues y toca blanca, mostrando su desesperación con los brazos extendidos y las manos abiertas como gesto expresivo del intenso dolor que la embarga.


San Juan Evangelista, el "discípulo amado", se representa a la izquierda de Cristo, erguido, como hombre joven de largas melenas negras que le caen sobre el hombro, túnica verde y manto rojo. Mira hacia el cielo y entrelaza sus manos como expresión de angustia.

Las figuras de Cristo, La Virgen María y San Juan Evangelista son tallas lígneas al igual que el resto del retablo. Sin embargo el plano del fondo del Calvario es pictórico y se representa al sol sobre la Virgen María, a la Luna sobre San Juan y al fondo la ciudad de Jerusalén, torreada y amurallada con ventanas saeteras de carácter militar muy parecidas a las que la propia nave central de la iglesia de Larraona muestra en su parte exterior superior, como ya hemos descrito anteriormente, esto es con estrecha abertura vertical y pequeño óculo central. Es posible que el pintor se inspirase en ellas. Un cielo de nubarrones azules y rojizos se cierne sobre Jerusalén.


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Retablo mayor de San Cristóbal.
Hornacina con el Calvario.
(Foto de Jesús Díaz).

El Calvario del ático del retablo está flanqueado por dos hornacinas, de abundante decoración rococó, que incluyen las tallas lígneas de San Fermín, a la izquierda del observador, y de San Gregorio Ostiense, a la derecha.

Los dos santos obispos, representados erguidos y frontales, están ataviados con ropajes episcopales, mitra, túnica ceñida en la cintura y capa pluvial abrochada, ambas con amplios pliegues, y portan en su mano izquierda el báculo. Se identifican por la leyenda con su nombre inscrita en la peana de soporte de las tallas.

Hay que recordar que era habitual en Améscoa acudir a la basílica de San Gregorio Ostiense, en Sorlada (Navarra), para obtener del santo la protección de haciendas y campos. A diferencia de Améscoa Baja, cuyos habitante acudían en romería a dicha basílica, en Améscoa Alta era más común traer agua bendita de dicha basílica para rociar campos, objetos, etc y lograr el amparo del santo.


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Retablo mayor de San Cristóbal.
Hornacina con la talla de San Fermín.
(Foto de Jesús Díaz).


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Retablo Mayor de San Cristóbal.
Hornacina con la talla de San Gregorio Ostiense.
(Foto de Jesús Díaz).

El ático del retablo culmina en su vértice con un tondo con la representación del Espíritu Santo en forma de paloma.

Bajo la hornacina central de San Cristóbal se conserva el sagrario rococó ricamente decorado mediante rocalla, dos aletones laterales y puerta central de medio punto con el relieve del “Agnus Dei” y un ostentorio. Dos estatuillas de san Pedro y san Pablo del renacimiento tardío, de estilo romanista y procedentes de Larraona se conservan en el Museo Diocesano de Pamplona. Próximamente se va a proceder a la limpieza de los retablos de la iglesia y a la colocación de la mazonería original que envolvía al sagrario del retablo mayor.


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Retablo Mayor de San Cristóbal.

Sagrario.
(Foto de Jesús Díaz).
En la capilla de la Inmaculada en el lado de la epístola, se conservan dos retablos medianos de estilo neoclásico haciendo juego simétrico con los existentes en la capilla de San José. El situado en el muro este recoge la advocación de la capilla, la Inmaculada, y el situado en el muro sur está dedicado al Sagrado corazón de Jesús.


El retablo de la Inmaculada Concepción es de composición similar, casi idéntica, a la del retablo de san José. Muestra un solo cuerpo sobre pequeño banco corrido a modo de pedestal imitando mármol, con hornacina central flanqueada por columnas pareadas, de fuste liso, dorado, y capitel compuesto, potente entablamento de tacos y ático en forma de templete clásico de frontón triangular con hornacina de medio punto, flanqueado por dos pebeteros. Carece de acróteras sobre el templete, aunque éste culmina en una cruz. Destaca el contraste cromático de los dorados y de los paneles pintados de blanco, verde y rosa imitando mármoles jaspeados. En la hornacina principal se observa la imagen moderna de la titular del retablo.

En la hornacina del ático se conserva una talla de Santa Catalina de Alejandría (4) de principios del siglo XVI con reminiscencias hispano-flamencas. Se muestra a la santa erguida, coronada, vestida con túnica verde y manto rojo, sosteniendo con su mano izquierda un libro y pisando a Majencio, emperador romano que ordenó su tortura, que parece llevar en su mano derecha el cetro, como símbolo de poder. No se conservan, si en algún momento los ha tenido, sus atributos martiriales más característicos, la rueda con la que intentaron martirizarla y la espada con la que fue decapitada. Se celebra su festividad el 25 de noviembre.



Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Capilla de la Inmaculada Concepción.
Retablo de la Inmaculada Concepción.
(Foto de Jesús Díaz).


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Capilla de la Inmaculada Concepción.
Retablo de la Inmaculada Concepción.
Talla de Santa Catalina de Alejandría.
(Foto de Jesús Díaz.

El retablo del Sagrado Corazón de Jesús es de igual cronología y composición que el retablo de la Virgen del Rosario situado en posición simétrica en la capilla de San José. Se compone de un solo cuerpo con hornacina central de medio punto flanqueada por dos columnas doradas de capitel compuesto que tienen ornamentación de rocalla de estilo rococó. Estas columnas sostienen un entablamento marcado sobre el que descansa el ático en forma de templete de frontón semicircular, flanqueado por dos pebeteros.El ático culmina en una cruz.

Este retablo integra, al igual que el retablo de la Virgen del Rosario, una estructura compositiva clasicista y cierta ornamentación rococó motivo por el cual puede fecharse con anterioridad al retablo de la Inmaculada Concepción, netamente neoclásico.En la hornacina principal incorpora una talla moderna del Sagrado Corazón y en la hornacina superior alberga una pequeña talla de San Antonio Abad del siglo XVIII. Es de destacar también el contraste cromático del pan de oro y de las imitaciones de jaspes.

En la hornacina principal incorpora una talla moderna del Sagrado Corazón de Jesús y en la hornacina superior alberga una pequeña talla de San Antonio Abad (5) del siglo XVIII. Se representa al santo de pie, vestido con indumentaria de abad, amplia túnica y manto abrochado. El santo lleva sobre su mano izquierda el libro abierto de la regla y en la mano derecha extendida seguramente portaba el báculo abacial en forma de Tau, hoy perdido. Tampoco aparece uno de los atributos más característicos del santo, un cerdito bajo sus faldones, pues se invocaba a San Antón para proteger a los animales, ni la característica campanilla que anunciaba la presencia de los cerdos de la Orden Antoniana. Su fiesta se celebra el 17 de enero.


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Capilla de la Inmaculada Concepción.
Retablo del Sagrado Corazón de Jesús.
(Foto de Jesús Díaz).


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Capilla de la Inmaculada Concepción.
Retablo del Sagrado Corazón de Jesús.
Talla de San Antonio Abad.
(Foto de Jesús Díaz).

El vestíbulo sur que alberga la portada románica guarda, junto a la estatua columna de san Pedro, una pila de agua bendita barroca del siglo XVII que se compone de fuste estriado bulboso y taza avenerada. Es de menor tamaño que la situada en la portada norte, pero de belleza evidente.


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Pórtico Sur.
Pila de agua bendita barroca.

(Foto de Jesús Díaz).

La sacristía tiene en su muro este una fuente barroca del siglo XVIII dispuesta a modo de retablo de piedra. Se compone de un solo cuerpo con hornacina central avenerada flanqueada por dos columnas de pedestal prismático cajeado, fustes lisos salvo su tercio inferior que es acanalado y capitel compuesto que sostiene un doble entablamento; el inferior de trazado sencillo roto en su centro por decoración floral sinuosa y una cabeza de angelote alado sobre la hornacina central ; el superior movido y de potente trazado decorado con tacos, sobre el que se alza el ático a modo de templete con hornacina avenerada, frontón triangular y cruz de coronamiento. Se une al cuerpo lateralmente mediante dos aletas de volutas y vasos con bolas. Flanquean al cuerpo central dos aletones en forma de volutas y vasos con bolas. En la hornacina central se dispone una pila de forma troncocónica invertida con perfil semicircular moldurado y cuerpo gallonado. Tiene un orificio que da al exterior mediante un voluminoso caño moldurado de salida. Sobre la pila se dispone un plástico depósito pétreo de base avenerada, cuerpo cilíndrico cajeado y tapa de madera de gallones. En la hornacina del ático se observa una pequeña escultura pétrea de clérigo con hábito talar.


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Sacristía.
Fuente barroca.
(Foto de Jesús Díaz).

También se observa en la sacristía una cajonería de madera en el muro oeste y los restos pictóricos, ya casi totalmente perdidos de la decoración floral de la cúpula ciega que cubre la estancia.

En cuanto a la orfebrería señalaremos varias piezas de cronología relativamente tardía custodiadas a buen recaudo fuera de la iglesia.

La pieza más antigua quizás sea un copón ostensorio de plata sobredorada de principios del siglo XVII que se compone de base circular, nudo semiovoide y copa cilíndrica con tapa bulbosa. El viril alterna rayos sinuosos en forma de llama y rectilíneos. Tiene como ornamentación ces vegetales y puntos de fondo y la base delata su autoría por tener inscrito en dos líneas superpuestas el punzón M/ELORDI, platero de Logroño.

De época tardía es un cáliz plateado con el interior de la copa sobredorado que se compone de base circular de tres troncos de cilindro de diámetro decreciente, el central de perfil redondeado, astil con cilindro inferior , nudo ovoide y cuello que soporta subcopa y copa lisas separadas por moldura convexa circular.

De época barroca y realizado en plata es un relicario de San Sebastián y san Roque, santos sanadores contra la peste y epidemias similares, que se compone de base circular con dos franjas decoradas mediante puntas de hojas la inferior y cuerda trenzada la superior, astil con toro de rayado vertical paralelo, nudo ovoide con dos franjas decoradas con puntas ojivales de hojas y líneas trenzadas paralelas e inclinadas, y pequeño cilindro que soporta una gran placa floral decorada con ces, rocalla y elementos vegetales que circundan el óvalo donde se muestran las reliquias de los santos. Remata en cruz latina.


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Orfebrería. Museo Diocesano.
Relicario de San Roque y San Sebastián. Anverso.

Otra obra digna de mención es una pequeña naveta de plata barroca compuesta por basa circular gallonada y un corto astil que sostiene la naveta en sí decorada profusamente mediante elementos vegetales, ces y rocalla en técnica de repujado. Culmina en tapa con parte central fija, rematada en ave con las alas extendidas, y partes laterales abatibles.


Larraona. Iglesia de San Cristóbal. Naveta.
Orfebrería. Museo Diocesano.
Naveta.

De la misma época es un acetre de plata con asa móvil que incorpora un hisopo dorado. El acetre se compone de basa circular y corto astil troncocónico, ambos decorados con palmetas vegetales, y receptáculo del agua bendita con base en forma de venera y copa troncocónica invertida profusamente decorada con hojas vegetales y rocalla. El hisopo dorado, quizás de otra procedencia, se compone de mango largo cilíndrico liso con anilla en uno de sus extremos y bola ovoide con agujeros para la aspersión del agua bendita en el otro extremo.


Larraona. Iglesia de San Cristóbal.
Orfebrería. Museo Diocesano.
Acetre e hisopo.
De época barroca tardía es también una cruz procesional que se compone de base y mango de madera que en su extremo superior incorpora un astil con prominente nudo ovoide sobre el que se asienta una cruz latina de color plateado con las figuras doradas de Cristo crucificado en el anverso con el letrero INRI dorado sobre su cabeza y la Virgen María en el reverso, ambos sobre nubecilla de angelotes alados. Los extremos de la cruz se decoran mediante rosetas y ces dispuestas de forma simétrica.

Destaca otra cruz de altar de pequeño tamaño plateada, con algunos elementos dorados, que se compone de base troncopiramidal apoyada en tres garras de león bajo hojas vegetales enroscadas que abrazan la base, en sus tres caras se representa en marcos trapezoidales curvilíneos a Cristo con la cruz a cuestas, la Virgen María con el Niño y San José con el ramo florido. Sobre esta base se adapta un pequeño astil compuesto por base circular y eje con toros y escocias lisas y semiovoide central en forma de venera. Como coronamiento vemos la propia cruz, de forma latina, cuyos brazos terminan en grandes conchas aveneradas. Sobre ella se observa al crucificado de línea estilizada, con los brazos en Y griega. De los cuatro ángulos de la cruz se expanden rayos rectilíneos a modo de nimbo del salvador. Tanto estos rayos, como el letreo del INRI, la figura de Cristo y la base vegetal de la cruz son de color dorado.

Un candelabro dorado presenta una base similar a la cruz de altar anterior, garras de león, cuerpo troncopiramidal con las representaciones en sus caras de tres bustos, posiblemente de Cristo, la Virgen María y San Pedro y un eje abalaustrado, con decoración de veneras y estrías para soporte de la vela.

Para finalizar citamos también la existencia de otra naveta, un porta Formas cilíndrico, una luminaria acristalada y tres campanillas, una de ellas dorada con decoración relivaria de naves y mango en forma de torre prismática alargada.

Se conserva también una hermosa capa pluvial bordada con hilos dorados y plateados, con motivos decorativos vegetales, florales, ces, en disposición simétrica, todo ello sobre paño de intenso color violeta.



(1) Me he basado para el contenido de esta entrada principalmente en el Catálogo Monumental de Navarra, con aportaciones propias. Las lápidas funerarias romanas incrustadas en el muro interior norte del presbiterio y en el muro exterior norte las analizaremos en el apartado correspondiente de arqueología de este blog.

GARCIA GAINZA, M.C. (directora), Catálogo Monumental de Navarra.II** Merindad de Estella. Gobierno de Navarra, 1983, pp.215 a 219. Láminas 222 a 224.

(2) VORAGINE, Santiago de la, La Leyenda Dorada, Alianza Editorial S.A, Madrid, 1982, octava reimpresión en Alianza Forma, 1996, dos Volúmenes. Traducción del latín de Fray José Manuel Macías. En lo relativo a Santa Bárbara véase el Tomo 2, pp. 896 a 903.

FERRANDO ROIG, J. Iconografía de los Santos, Ediciones Omega, S.A. Barcelona, 1950, p.56.
RÉAU, Louis. Iconografía del arte cristiano. Iconografía de los santos, Tomo 2, Volumen 3, Ediciones del Serbal, Barcelona, 2000, (Publicación inicial en P.U.F. en 1957), pp. 169 a 178.

(3) Id.id. En lo relativo a San Cristóbal, véase Vorágine, Tomo 1, pp. 405-409, Roig, pp. 81-82 y Rèau, Tomo 2, Volumen 3, pp. 354 a 363.


(4) Id.id. En lo relativo a Santa Catalina de Alejandría, véase Vorágine, Tomo 2, pp. 765-774, Roig, pp. 70-71, y Rèau, Tomo 2, Volumen 3, pp. 273 a 284.

(5) Id.id. En lo relativo a San Antonio Abad, véase Vorágine, Tomo 1, pp. 107 a 111, Roig, p.46 y Rèau,
Tomo 2, Volumen 3,pp. 108 a 123.

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